jueves, 24 de septiembre de 2015

Déjalos posar


Los sectores ultraconservadores de la derecha clerical, empeñados en el activismo intensivo por una causa que llaman "pro vida", acaban de lanzar una nueva campaña con el slogan "Déjalo vivir", en respuesta directa a los sectores feministas que desarrollan su campaña bajo el lema "Déjala decidir". Se trata de otro despliegue millonario de recursos destinados a fomentar la doctrina de la fe, más que a resolver problemas sociales que poco les importan. Por algo se encuentran mezclados en esa campaña una extraña comunión de diversos sectores religiosos. Lo que nos han presentado como adelanto de la nueva campaña es un video angelical donde una serie de personajes posan como los mensajeros del cielo, repitiendo mañosas consignas como "nadie tiene derecho a matar".

Dentro de esta campaña de la cavernaria ultra derecha clerical vemos a personajes muy conocidos por su viceral activismo anti caviar, su anticomunismo furibundo y su anti izquierdismo hepático como Mar Mounier, alguien que acaba de ser curiosamente ascendida de la categoría de troll a la de diva de la ultra derecha religiosa, y a quien habría que recordarle estas palabras extraídas de su blog: "Repudio ese sesgo moral de querer imponernos qué es lo aceptable, lo políticamente correcto. Y rechazo también esa manipulación a las ideas opuestas para deformarlas y con falacias voltearnos la tortilla". Bueno, es obvio que la ya famosa Mar Mounier no tiene nada que criticar a los caviares, pues está haciendo exactamente lo mismo, solo que en el otro extremo. Por eso dicen que los extremos se tocan.

Es cierto que los fanáticos y extremistas actúan del mismo modo: apelan al engaño y encubren sus campañas con muy nobles intenciones, aparentando apoyar causas justas, como la defensa de los pobres, los desposeídos, los necesitados, marginados, etc. En este caso se trata de la defensa del no nacido o del "inocente niño", como llaman falazmente al embrión o incluso al cigoto. Pero en realidad se trata de imponer su doctrina de fe consistente en la creencia de que solo Dios puede dar y quitar la vida. Eso los lleva a oponerse también a la eutanasia y a condenar el suicidio. Aunque paradójicamente son los más fervientes impulsores de la pena de muerte. Contradicciones tampoco les falta a los extremistas.

El videito "déjalo vivir" es parte de una intensiva campaña religiosa destinada a crear un extraño culto por el feto, encubierto como la defensa de la vida, y destinada a fomentar la explosión demográfica irresponsable. Claro que también es una excusa para posar como defensores de la moral. Debería llamarse más apropiadamente "déjame posar" y los personajes deberían salir con un traje de súper héroe. La cara de niños buenos con ojos de cordero degollado no es suficiente. No creo que lucir sus títulos, doctorados y grados de PhD en un cartel ayude para convencer a las madres pobres de los cerros de Huaycán. ¿O si? Francamente desopilante la ocurrencia de lucir los grados académicos al mejor estilo caviar. Es decir, estos huachafos creen que porque se fueron a Europa y volvieron con cartones en inglés ya son superiores a la indiada local, y están en condiciones de dictar su cátedra moral como seres divinos. ¡Par favaaaar! 

Tal parece que el genio detrás de la campaña ni siquiera ha identificado cuál es su público objetivo. El mensaje parece destinado a la cucufatería de la tercera edad típica de San Isidro y Miraflores, justo a la salida de la misa dominical en la iglesia Nuestra Señora del Pilar o en la Medalla Milagrosa o en el María Reyna. O incluso a la salida del culto en Emanuel. Dudo mucho que ese mensaje candoroso convenza a una mujer pobre de las laderas de Manchay, que vive en una choza de esteras, hacinada con seis hijos desnutridos a los que no puede alimentar y debe llevar a vender caramelos a las calles. Y es que el mensaje cursi del videito "déjame posar" pinta un mundo tan maravillosos que parece que lo grabaron en Disneylandia. 

La huachafería mental de los sectores religiosos pretende engañar con imágenes candorosas acerca de la vida. Pero están tan lejos de la realidad que la gente común y corriente no solo no los verá sino que tampoco los entenderá, pues la vida en realidad no tiene nada de candorosa. Para los sectores pobres y hacinados, el embarazo no es una buena noticia de felicidad sino una tragedia que empeora la crítica situación en que sobreviven. Solo los traficantes de niños se alegran porque utilizan a los niños como mercancía que alquilan a inescrupulosos para llevarlos a mendigar. ¿O es que estos patéticos personajillos de estampita religiosa que salen en el video nunca han visto por las avenidas de Lima las nubes de niños que corretean con sus bolsas de caramelo, abandonados a su suerte o explotados por padres sin escrúpulos?

Alentar la maternidad irresponsable solo es posible cuando el fanatismo ha cegado la razón y han dejado de ver la realidad. Salir a defender la vida suena muy bonito pero la verdad es que están obligando a las mujeres a convertirse en madres, aunque sea una niña de 12 años violada por su padrastro. ¿Qué derecho tienen estos chiflados de la fe para obligar a las niñas violadas a perder su existencia en aras de un dogma ridículo? En todo caso, habría que respetar la decisión de la mujer. El totalitarismo religioso sigue siendo un totalitarismo fanático inaceptable, aunque esté revestido, como siempre lo están todos los totalitarismo y las causas fanáticas, de nobles intenciones y de cursis personajes adornados de patéticos títulos. 

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